Los diamantes de laboratorio son sostenibles, es decir, son respetuosos con el medio ambiente. Pero, ¿por qué decimos que son sostenibles o, al menos, mucho más sostenibles que las gemas extraídas de una mina? ¿En qué medida son sostenibles los diamantes creados en un laboratorio? En este artículo analizamos muchos de los aspectos a tener en cuenta al valorar la sostenibilidad tanto de las piedras preciosas de origen terrestre como de las formadas en condiciones controladas gracias a tecnologías de vanguardia.
¿Son los diamantes de laboratorio la alternativa sostenible a los diamantes de minería?
Los diamantes de laboratorio ganan atractivo, sobre todo para las nuevas generaciones, porque ofrecen todas las propiedades —físicas, químicas y ópticas— de los diamantes de extracción, pero sin las consecuencias negativas de la minería.
Una de las grandes ventajas de los diamantes de laboratorio es su sostenibilidad.
Pero, ¿son los diamantes de laboratorio sostenibles? Si somos metodológicos, lo primero que debemos hacer es responder a esa pregunta.
Vayamos por partes.
¿Qué significa ‘sostenibilidad’?
La sostenibilidad no tiene una definición categórica, pero el concepto suele aludir al uso responsable de un recurso natural.
Desde esta perspectiva, la minería de diamantes no puede considerarse sostenible. La disponibilidad finita de estos minerales en la Tierra significa que llegará un día en el que no habrá más diamantes que extraer, ya que habremos agotado este recurso.
En contraste, los diamantes de laboratorio se crean utilizando recursos más accesibles, como el carbono y otros gases. Los ingredientes empleados en los dos principales métodos de producción, Alta Presión Alta Temperatura (HPHT) y Deposición Química de Vapor (CVD), tienen una disponibilidad inmensamente mayor.
Más allá de esta primera reflexión, las minas son por sí mismas un argumento suficientemente poderoso sobre la falta de sostenibilidad de los diamantes que de ahí se extraen. No hay ninguna manera de calificar a la minería como actividad sostenible, ya que altera el paisaje, los ecosistemas, la vida natural y las comunidades humanas.
En nítido contraste, los lab diamonds nunca tienen un impacto negativo en ningún espacio natural, porque la creación de la gema se hace en un centro de producción.
Por estos dos grandes motivos —la finitud de los recursos naturales y el impacto ambiental de la minería—, los diamantes de laboratorio se consideran una alternativa sostenible a los diamantes de extracción.
¿Son sostenibles los diamantes de laboratorio?
Los diamantes de laboratorio son mucho más sostenibles que los diamantes de minería. Sin embargo, es importante señalar que algunos diamantes cultivados en laboratorio pueden tener una huella de carbono significativa. La explicación es que recrear las condiciones de alta presión (hasta 70.000 atmósferas) y alta temperatura (más de 800 grados centígrados) propias de la formación natural de un diamante. es un proceso exigente desde el punto de vista energético.
Solo cuando la tecnología de producción del diamante es energéticamente eficiente y utiliza fuentes de energía renovable, podemos afirmar que los diamantes de laboratorio son 100% sostenibles.
Algunas compañías de diamantes de laboratorio compensan las emisiones que puedan generar durante la producción mediante créditos de carbono. Estos créditos financian actividades como la reforestación, que contribuye a la captura de carbono y ayuda a mitigar el impacto ambiental.
Minas de diamantes: técnicas de extracción
Para entender el daño que la minería de diamantes causa al medio ambiente, primero hay que conocer las diversas técnicas para la extracción de estas piedras preciosas. La obtención de diamantes en depósitos primarios se hace mediante dos grandes métodos: minería a cielo abierto y subterránea. Además, en los últimos años ha tomado fuerza la minería marina.
- Minería a cielo abierto. Se perforan grandes pozos de hasta cientos de metros de profundidad. Con esta técnica de extracción, se eliminan sedimentos acumulados durante millones de años, que se depositaron tras la formación inicial de los diamantes. Asimismo, se desplazan cientos de hectáreas de tierra, lo que puede desolar el entorno natural y trastornar ecosistemas frágiles, a veces con daños irreversibles.
- Minería subterránea. Se realiza cuando una mina a cielo abierto se ha agotado o cuando los diamantes están ubicados a una profundidad tan grande que son inaccesibles a través de un pozo abierto. Se trata de una metodología de extracción con más coste económico y energético que la minería a cielo abierto.
- Minería marina. Es la técnica adecuada para recuperar diamantes depositados en entornos marinos. Grandes embarcaciones con dragas recogen sedimentos del lecho marino. Una vez obtenidos los diamantes, el sedimento sobrante se devuelve al fondo del océano.
Impacto medioambiental de las minas de diamantes
¿Qué impacto tiene la minería de diamantes en el medio ambiente?
Energía y emisiones de dióxido de carbono
Se estima que las empresas mineras desplazan 250 toneladas de tierra por cada quilate de diamante extraído. La manipulación de una cantidad tan considerable de material implica un consumo significativo de energía, que suele proceder de combustibles fósiles. Además, el mantenimiento de instalaciones tan complejas también supone un altísimo consumo energético.
La actividad minera resulta en la liberación de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. De promedio, se liberan 160 kilogramos de gases de efecto invernadero por cada quilate pulido de diamante extraído (ver estudio de S&P Global Trucost para Diamond Producers Association)).
Con todos estos datos, está claro que la actividad minera no es sostenible.
Daños a los ecosistemas
La minería de diamantes puede causar graves daños a los ecosistemas locales, al contaminar tanto el suelo como el agua. Las consecuencias son letales para las comunidades locales, el ganado y la fauna silvestre.
Impacto en el paisaje
Tanto la minería a cielo abierto como la subterránea tienen un impacto paisajístico significativo. Las grandes cavidades en la superficie de la tierra alteran de forma obvia paisajes y ecosistemas, y los pozos y túneles de las minas bajo tierra pueden afectar la topografía natural, dando lugar a subsidencias del terreno y modificando la estructura del suelo.
Consecuencias negativas en los océanos
Las empresas de minería marina aseguran que el entorno natural afectado se recupera una vez finalizada la actividad. Sin embargo, aunque se retorna la mayor parte del sedimento retirado del fondo del mar, este proceso puede durar años. Desconocemos las consecuencias a largo plazo, porque esta práctica es relativamente nueva. Los activistas medioambientales denuncian el impacto que tiene el empleo de maquinaría pesada en la vida marina.
Por una minería de diamantes más sostenible
Muchas minas de diamantes han optimizado sus técnicas para reducir el impacto medioambiental, estimuladas también por la aparición de nuevas regulaciones.
- Minas con huella cero de carbono. De Beers, la empresa más grande de la industria del diamante, anunció en 2017 el plan para poner en marcha una mina con una huella de carbono neutral. La neutralidad de carbono consiste en emitir la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que se retira por distintas vías. Así se consigue un balance cero.
- Informe Trucost. La asociación Diamond Producers Association promovió el estudio Trucost, que intenta reducir la percepción de la sociedad del impacto medioambiental de la industria tradicional del diamante. Muchos expertos consideran que este documento no presta atención a todo el ciclo de vida de la actividad minera, que comienza con los trabajos de exploración.
A pesar de los esfuerzos por reducir la huella de carbono y el impacto en el medio natural, es innegable que la actividad minera no la podemos considerar sostenible, al menos hoy en día. Y es que ahora solo hay una manera para extraer unos recursos tan limitados como los diamantes: alterando el paisaje, moviendo enormes cantidades de tierra y consumiendo mucha energía.